Actualmente, las redes sociales forman parte de nuestra realidad social siendo otra vía de presentarnos al mundo. De tal manera que los perjuicios que puede ocasionar que nos “roben” alguna o todas nuestras redes sociales varían importantemente, pudiendo ir desde una simple anécdota, en el más utópico de los casos, hasta a un daño en tu imagen pública incalculable.
Así bien, si te encuentras en alguno de esos casos queremos que sepas que estás protegido por nuestro ordenamiento jurídico.
Por la vía civil, podrías solicitar que sea protegido tu derecho constitucional “a la propia imagen” promulgado en el artículo 18 de nuestra Constitución.
Y por la vía penal, dependiendo de todas las circunstancias que rodean a tu caso, bien podrías encontrarte ante un “Delito de descubrimiento y revelación de secretos”, recogido en el artículo 197 CP, o ante un “Delito de usurpación de identidad”, regulado en el artículo 401 del CP.
En este caso, debemos ser muy conscientes que jurisprudencialmente no se trata igual un delito de suplantación de identidad y un delito de usurpación de identidad. Así bien, estaremos ante un caso de SUPLANTACIÓN cuando sólo se “ocupe” tu red social, es decir, sabes que alguien ha entrado en tus redes sociales pero no ha actuado como si fueras tú. Y estaremos ante un caso de USURPACIÓN cuando quien “ocupa” tu red social actúa fingiendo ser tú. Por ejemplo, publica unos comentarios y/o fotos en tu perfil sin especificar que es otra persona distinta a quien pertenece la red social.
De tal forma que, en el caso de verte en un caso así nuestro consejo es:
En primer lugar, realizar todas las medidas de seguridad a seguir en estos casos, que se indican en la oportuna red social hackeada.
En segundo, esto es totalmente optativo, denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos.
Y en tercer lugar, dependiendo de si optas por la vía penal o la vía civil, interponer denuncia o demanda respectivamente habiéndote aprovisionado, previamente, del mayor número de pruebas posibles (capturas de pantalla, testigos, etc.). De haber decidido llegar a este último paso te apercibimos que lo mejor sería ponerte en manos de un letrado.
Esperamos haber sido de ayuda. Y como sabéis quedamos a vuestra disposición sobre cualquier duda que queráis plantearnos.
Pasad un buen día.
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