
El ACOSO ESCOLAR consiste en un continuado y deliberado maltrato verbal o modal que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterle, amilanarles, intimidarles, amenazarles y obtener algo mediante chantaje y que atenta contra la dignidad del niño y sus derechos fundamentales.
Defenderse del acoso puede resultar complicado. Muchas víctimas terminan tirando la toalla desesperanzadas viendo que hay poco que ellas puedan hacer. Pero hay formas de acabar con el acoso.
El primer paso es ROMPER EL SILENCIO. Muchos niños y niñas se niegan a contarlo, ya sea por vergüenza o miedo. Es una situación muy dura y los niños necesitan saber que alguien les cree y apoya. Es muy importante no mirar para otro lado o restarle importancia.
El segundo paso es INFORMAR AL CENTRO. Muchas veces los propios centros no saben cómo reaccionar, pero afortunadamente cada vez son más los que cuentan con un protocolo específico. En casos muy extremos si el problema persiste serán necesarias medidas más drásticas, como cambiar al niño de clase, de colegio o incluso poner una demanda contra el centro.
Si descubre que su hijo sufre acoso escolar, nuestro consejo es informar al centro por escrito, de manera que quede constancia de que han tenido conocimiento de los hechos, e intentar llegar a una solución de forma pacífica antes de tomar medidas más drásticas, ya que está en juego la integridad psicológica de un menor de edad.
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